Lo que me encanta de Marriage story

Es tierna y humana. Te transmite, hasta el punto que las emociones de la pantalla atraviesan el salón y se posan en tu pecho. La banda sonora coge de la mano a la imagen y la acompaña de principio a fin de la película. Cuenta con diferentes aspectos técnicos muy interesantes y pulidos, los primeros planos son exquisitos. El reparto, bien, que decir del reparto. Las emociones que hace un rato se habían posado en tu pecho ahora se han ido convirtiendo en un yunque de angustia. Encadena una detrás de otra, sin que tú lo esperes, grandes escenas de drama y comedia, porque ¿de qué va todo esto sino? Bien, lo diré, me he enamorado de Scarlett Johansson y Adam Driver. Te incita a posicionarte para luego romperte en trocitos. Te hace temer el amor y, sobretodo, a ti mismo. Coge un espejo y te pregunta, bien, a lo mejor solo me pasó a mí. Te da envidia y hace que quieras contar historias como estas. Realmente no sucede nada y a la vez muchas cosas. Me recordó a Her, uno de mis filmes favoritos. Es ambiciosa, aunque realmente no sé que esperaba. El ruido de la imagen, que realmente no sé si vive solo en mi imaginación, ayuda a los colores beige, blanco y marrón a hacer que veas la película con una cierta suavidad. La escena del cuchillo es fantástica, me quedo con esa. Finalmente, como si de un regalo se tratara, Scarlett Johansson (experta en atar cordones) le pone el lacito a la a magnífica obra de Noah Bauchman y nos la regala. Es mi película favorita de este pasado 2019.

Pau Sauri Soriano, Writing Rabbits.

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